El mundo de las superficiales igualdades pretende hacernos creer que mediante celebraciones se pueden ocultar los dramas humanos, por eso se inventaron un día anual para izar las banderas de la mujer. Entonces los hombres iremos por ahí buscando regalos para exaltar la belleza, pretendiendo con ello ocultar la realidad. Los restaurantes venderán sus mejores platos, las floristerías harán su agosto, los centros comerciales agotarán su stock de bolsos, los moteles estarán a reventar; pero más allá de esas recetas modernas los sujetos excluidos siguen palpitando en sus ignominias. ¿Qué sentido tiene celebrar el día de la mujer, homogenizando con ello la idea de que la palabra “Mujer” indica un solo sujeto en conjunto? La mujer cuya presencia ha poblado la historia, sigue reclamando su lugar en la historia; por eso hablaré de las mujeres cuyos silencios ocultan un eterno llanto, para ello otearé sobre nuestro panorama, el de la mujer colombiana.
Quizás no exista un sujeto en esta dolorosa nación en cuyo epicentro se acumule tanta atrocidad; por eso es inevitable imaginar mujeres valientes abandonando poblados enteros, con sus hijos a cuesta, mientras al mirar hacia atrás el fuego de la barbarie consume sus hogares. Esa imagen es tan antigua en nuestro territorio que a veces parece ser parte de los anaqueles del mito. La misma imagen de las indígenas violadas por los colonizadores, la imagen de la mujer que prestó su cuerpo y mente a las revoluciones de libertad, que ahora se desdibujan en pírricos melodramas televisivos. Mujeres cuyo llanto dio origen a los torrentes acuosos en las montañas. Mujeres desplazadas, vilipendiadas, olvidadas, condenadas a la errancia por las calles asfaltadas. Mujeres que han protegido miles de generaciones de hijos agobiados por la barbarie del poder, mujeres invisibles para los ojos hambrientos de belleza superficial; por eso muchas terminaron siendo parte del comercio de los seres y quizás cuando se piensa en la mujer surge la idea de un cuerpo terso con medidas calculadas en el deseo, con senos trabajados bajo el pincel del consumo y esa mujer ya no es la imagen de la verdadera mujer, sino la idea que el hombre ha proyectado sobre ella.
Miles de mujeres no recibirán flores, ni regalos caros, ni siquiera un abrazo, pero estarán ahí forjando con su silencio y su tesón un país que los hombres hemos insistido en depredar, en destruir. Se levantarán cuando los ebrios retornan a sus guaridas y emprenderán la epopeya de sus días, cuidarán sus hijos, organizarán sus pertenencias y saldrán radiantes de energía antes de que el sol agobie con sus rayos. Caída la noche retornarán a velar por su descendencia. Otras irán por ahí clamando justicia, ante una sociedad sorda que muestra su peor rostro para ellas, pero que con la celebración de un día pretenderá ocultar su culpa de siglos; porque así se trate de encubrir con lisonjas, hace tiempo el hombre determinó el papel de la mujer en la sociedad. Por eso hoy debe retumbar esa frase melódica de Amparo Ochoa cuando canta: “Mujer si te han crecido las ideas, de ti van a decir cosas muy feas. Mujer semilla, fruto, flor, camino; pensar es altamente femenino”
La mujer debe tener conciencia y también hacerse valer, pero como mencionas, en Colombia esos desplazamientos se le salen de las manos y con gravedad hay que decirlo no se respetan los derechos.
ResponderBorrarMe ha cautivado tu texto y gracias por compartirlo, le haré eco en Global Voices.
Un abrazote!!
P.D.: Creo que este día de la mujer me hará volver a escribir en mi blog personal esta semana.
Gracias profe por este escrito, colmado de verdad, a veces el mundo pierde la memoria y olvida la verdadera realidad,la mujer merece más que un simple regalo material,merece el valor de una palabra, una sonrisa, una simple mirada, que nos haga sentir que existimos en este mundo casi destrozado por algunos hombres.
ResponderBorrarInteresante reflexion, si bien solo la mujer entiende quien es la mujer, no está demás recordarles en este día los retos que tienen frente a la sociedad de consumo.
ResponderBorrarBuena reflexión sobre este tema de las celebraciones, en especial el de la mujer, pues a veces no se es tan inocente y vulnerable como parece, por que aún hay mujeres sin despertar y atrapadas en su mundo que consideran a quienes actuan y piensan difernte fuera de si por no seguir reglas inventadas por hombres, seguitadas por mujeres que se creen con poder y supuesta libertad.
ResponderBorrarCreo que aún la mujer debe seguir intentando recuperar su libertad y dignidad.
Dicen que nunca es tarde para empezar y mejorar.
Esperanza Rodríguez
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