El 26 de septiembre de 2007, a las 2:30 de la tarde, recibí la noticia más devastadora en mis 38 años de vida, mi hija María del Pilar Gamboa Cifuentes había muerto en un accidente de tránsito, mi esposa y mi hijo menor estaban vivos, pero habían sido remitidos a un hospital de urgencias. Desde entonces y hasta hoy, un año después no he logrado descifrar ningún sentido a la atrocidad, sólo las palabras me han servido como lenitivo para tejer el duelo. He construido unos textos a los que he titulado BITACORA DEL DUELO, del cual dejo aquí una muestra para todos esos amigos que en esos días acudieron en mi auxilio, logrando apaciguar mi sufrimiento.
No sobreviviré a otra tarde como aquella
Cuando de frente al bochornoso asfalto
Dejé mi último aliento
Observando tu cadáver
No sobreviviré a otra tarde como aquella
Cuando ingresé a la iglesia
Saturada del póstumo cortejo
Que la historia guardaba para ti.
No sobreviviré a otra tarde como aquella
Cuando vi desplomarse hacia lo profundo
Tu cuerpo forrado de madera
De regreso a la tierra primigenia.
No sobreviviré a otra tarde como aquella
Porque mi vida y su alegría
Se evaporaron de golpe en el segundo
Que la muerte se posó en tu mirada.
Octubre 17 de 2007.
Universidad del Tolima3:45 PM
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